Totus tuus Maryja,
Tuyo soy María,
la más sublimé melodía,
que brota de los labios
del Redentor.
Maryja la plena de gracia,
la madre de las eternas vigilias,
que aquella noche se hicieron
eternas, más tu perceveraste,
porque la última palabra,
no la tienen los hombres,
sino Dios.
Porque la nueva ley es el amor
y la regla de esa ley es la misericordia,
pues la fe ha obtenido la victoria,
al nutrirse de esperanza.
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