***Duerme mi Niño***
Recién había nacido
y El Niño entre suspiros,
buscaba el pecho de su Madre.
Ella con sus bellos ojos
lo contemplaba,
el bebé suspiraba,
la Madre lo acariciaba,
sintiendo el calor de su Amor.
María llena de gozo,
sabía que tenía entre
sus brazos al Rey del universo,
ella el verso más sublime de Dios,
ante el Verbo del Amor.
Duerme mi niño, duerme
lo besaba en la frente,
le susurraba cantos,
le decía palabras que
recitaba su corazón.
Duerme mi Niño, duerme
confiado y amado,
mi Jesús adorado...
El recuerdo era desgarrador
ante la cruel realidad,
su cuerpo inerte,
su rostro desfigurado,
su ser flagelado.
Su cuerpo sin vida,
María sentía esa herida,
en su corazón...
Lloraba y no se quejaba
ante tan intenso dolor.
Sus labios, sólo recitaban:
Duerme mi Niño, duerme,
se han apagado las luces,
las tinieblas gobiernan,
pero pronto vendrá la luz.
Duerme mi Niño, duerme
déjame sentirte, mi Niño,
porque a los ojos de una madre,
un hijo, siempre será su Niño.
Duerme mi Niño, duerme
que glorioso y victorioso
pronto despertarás...
Para iluminar eternamente
a las almas.
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