Ellos llevaron la barca a tierra
lo dejaron todo y lo siguieron.
San Juan 5-11.
En tu juventud siendo tu pasión
el teatro y la literatura…
El creador te propuso otro escenario
donde se vive el drama a diario
y la conciencia lleva inventario
de las desventuras…
Tu escuchaste el llamado y respondiste
con la determinación de un hombre
que ama con todo el corazón.
Uno de esos días de gracia cayeron en
tus manos los versos del místico-poeta
San Juan de la Cruz y descubriste otra
arista de esa cruz, que siendo sinónimo
de tortura Jesús trasformo en símbolo
de su Amor.
Pero no te conformaste con una traducción
y por eso aprendiste más que el idioma español,
sumergiéndote en la cultura que es la verdadera
literatura de los pueblos.
Te hiciste pescador y lanzabas una y otra vez la red,
pero pocos peces tenias en tu lancha…
Entonces el Señor te subió a su barca invitándote
a tratarlo otra vez.
Pero esta vez la Madre tomo tu red y puso en tus
manos un Rosario que saco de su manto de fe,
tus manos se aferraron a él y desde ese día las
Pescas fueron milagrosas…
Porque el Rosario es una red que no atrapa
si que no libera…
Y las plegarias que se dicen con el aquí en la tierra
suben al cielo y se trasforman en estrellas…
Fue el Señor el que alguna vez dijo:
“Si tuvieras fe como una semilla de mostaza,
le dirías a las montanas muévanse y te
obedecerían”
Y tú nos mostraste que el Señor no mentía,
Pues con esa fe que anido en tu pecho,
te vinos atraer montanas de personas hacia
el altar de Dios en cada viaje que emprendías.
Oxwell L’bu
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