***La gratitud, una virtud***
25 ¿Quién de ustedes, por mucho que se preocupe, puede añadir una sola hora al curso de su vida?[a] 26 Ya que no pueden hacer algo tan insignificante, ¿por qué se preocupan por lo demás? Lucas12:25-26
Cuando era un pequeño,
no sabía de preocupaciones,
ni contaba el tiempo
y todo momento, era perfecto
para ser feliz.
Rezaba con prisa si,
pero con plena confianza,
daba gracias y los cosas que
pedía, eran tan sencillas
y luego recitaba, un Ave María.
Pero uno va creciendo y la vida
se le va complicando,
uno apetece más y pide más,
uno vive en el pasado o el futuro,
esquivando un presente,
que luego extrañara...
Ahora me veo frente al altar,
con muchos más pecados,
que pido a Dios me pueda perdonar,
con muchas más peticiones,
que no pocas veces se convierten
en demandas.
Pero siento la mirada de María,
que es Madre y Maestra
y entonces el Espíritu Santo,
guía mi oración y toca mi corazón.
Y me muestra, que la gratitud,
es la llave que habré el cofre
de los dones y los tesoros que
el tiempo y el moho no corrompen.
Y entonces escuchó su voz,
su dulce voz diciendo gracias,
gracias en cada suspiro,
con cada latido de corazón;
gracias como una actitud de vida,
gracias al dormir, al despertar.
Gracias en la montaña, en la ciudad,
en el trabajo, en el altar...
Porque quien vive en gratitud,
conoce el gozo y la felicidad
y se transforma en un constructor
de la paz.
Así vivió María,
preocupándose menos
y agradeciendo más...
Se hizo la esclava del Señor
y acepto todo con Amor.
Su corazón nunca dejó de ser
como el corazón de un niño,
que vive agradecido y para hoy,
vivía confiada en Él,
porque, que cosa que necesitará,
no se la podía proveer El.
Oxwell L’bu
25 ¿Quién de ustedes, por mucho que se preocupe, puede añadir una sola hora al curso de su vida?[a] 26 Ya que no pueden hacer algo tan insignificante, ¿por qué se preocupan por lo demás? Lucas12:25-26
Cuando era un pequeño,
no sabía de preocupaciones,
ni contaba el tiempo
y todo momento, era perfecto
para ser feliz.
Rezaba con prisa si,
pero con plena confianza,
daba gracias y los cosas que
pedía, eran tan sencillas
y luego recitaba, un Ave María.
Pero uno va creciendo y la vida
se le va complicando,
uno apetece más y pide más,
uno vive en el pasado o el futuro,
esquivando un presente,
que luego extrañara...
Ahora me veo frente al altar,
con muchos más pecados,
que pido a Dios me pueda perdonar,
con muchas más peticiones,
que no pocas veces se convierten
en demandas.
Pero siento la mirada de María,
que es Madre y Maestra
y entonces el Espíritu Santo,
guía mi oración y toca mi corazón.
Y me muestra, que la gratitud,
es la llave que habré el cofre
de los dones y los tesoros que
el tiempo y el moho no corrompen.
Y entonces escuchó su voz,
su dulce voz diciendo gracias,
gracias en cada suspiro,
con cada latido de corazón;
gracias como una actitud de vida,
gracias al dormir, al despertar.
Gracias en la montaña, en la ciudad,
en el trabajo, en el altar...
Porque quien vive en gratitud,
conoce el gozo y la felicidad
y se transforma en un constructor
de la paz.
Así vivió María,
preocupándose menos
y agradeciendo más...
Se hizo la esclava del Señor
y acepto todo con Amor.
Su corazón nunca dejó de ser
como el corazón de un niño,
que vive agradecido y para hoy,
vivía confiada en Él,
porque, que cosa que necesitará,
no se la podía proveer El.
Oxwell L’bu
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