***Imma***
(Mamita)
Se levanta el sol y se seca la hierva
y al atardecer se marchita la flor,
pero tu María brotas como flor en
primavera como botón de persevera
a la gracias de Dios…
Cuando pienso en ti el silencio
evidencia tu presencia…
y el Amor te evoca sin palabras…
Ya que siendo tu una criatura
excepcional lloraste como yo.
Cuanta veces nos han pagado con
dolor lo que hemos dado con amor,
sintiéndonos desmayar ante el silencio.
Cuantas veces nuestros esfuerzos
y desvelos han caído al olvido,
mas precisamos sacar fuerzas del
alma porque la fe ha de trascender a
los cambios temporales y al holocausto.
Y que nuestra fe y confianza en Dios
a de ser mas que una actitud optimista,
a de ser un desprendimiento del alma.
Para imitar a la Madre… Porque imitar a
María es primeramente es amar mas allá
de los sentidos y las emociones…
Porque ella no es laurel ni meta,
es esfuerzo y camino pues tras
recibir el anuncio de parte del ángel
de Dios enfrento rechazo, discordia,
desconfianza y murmuración y llegando
a Belén fue recibida como forastera.
Porque la Madre de Dios no fue reina
servida si no madre y esposa a quienes
ella con dedicación sirvió…
¡Oh María, dulce María! Cierro los ojos
y te imagino en aquel taller de Nazaret,
viendo con ternura al santo carpintero
y a tu hijo llamándote! Imma!, ¡Imma!
Cuantas veces tu lo levantaste
cuando sus rodillas besaron el suelo,
cuantas veces tus manos fueron fuente
sanadoras en la enfermedad…
Mas cuando surgió Jesús te quedaste
en segundo plano y en silencio…
Mas el Padre tomándote entre sus manos
te puso como el corazón de la iglesia
y respuesta del verbo…
Cuanta gente sufre sin encontrar respuesta
preguntándose ¿Dónde está Dios? ¿Dónde
estaba Dios cuando esto aconteció? …
y tu respondes con tu silencio: en el mismo
lugar donde estaba cuando mis ojos
contemplaban al crucificado.
Madre y cruz en la plenitud del Amor…
pues ¿Habrá amor más bello que aquel
que no precisa de palabras?...
María tu eres madre del amor
que se sublimiza en el silencio,
porque la fe sin amor es como
una partitura sin melodía…
por lo que tu nombre María
es la más bella y sublime melodía
que haya escuchado el creador.
¡Oh Dios! Como ignorar a la Madre,
como pretender acallar la voz de
Jesús llamándola ¡Imma, Imma!
en sus momentos quizás de dolor
o temor cuando niño…
Al pensar en Jesús pienso en la Madre,
pues si reflexiono en sus milagros
la evoca el silencio…
Si medito en la espada de dolor esa
espada me señala la cruz…
Y si me emociono evocando el establo
en Belén estoy evocando a la Madre.
¡Imma! ante tu mirada me quedo sin
palabras más algo me dice que tu
comprendes mi silencio…
Oxwell L'Bu copyright 1986
(Mamita)
Se levanta el sol y se seca la hierva
y al atardecer se marchita la flor,
pero tu María brotas como flor en
primavera como botón de persevera
a la gracias de Dios…
Cuando pienso en ti el silencio
evidencia tu presencia…
y el Amor te evoca sin palabras…
Ya que siendo tu una criatura
excepcional lloraste como yo.
Cuanta veces nos han pagado con
dolor lo que hemos dado con amor,
sintiéndonos desmayar ante el silencio.
Cuantas veces nuestros esfuerzos
y desvelos han caído al olvido,
mas precisamos sacar fuerzas del
alma porque la fe ha de trascender a
los cambios temporales y al holocausto.
Y que nuestra fe y confianza en Dios
a de ser mas que una actitud optimista,
a de ser un desprendimiento del alma.
Para imitar a la Madre… Porque imitar a
María es primeramente es amar mas allá
de los sentidos y las emociones…
Porque ella no es laurel ni meta,
es esfuerzo y camino pues tras
recibir el anuncio de parte del ángel
de Dios enfrento rechazo, discordia,
desconfianza y murmuración y llegando
a Belén fue recibida como forastera.
Porque la Madre de Dios no fue reina
servida si no madre y esposa a quienes
ella con dedicación sirvió…
¡Oh María, dulce María! Cierro los ojos
y te imagino en aquel taller de Nazaret,
viendo con ternura al santo carpintero
y a tu hijo llamándote! Imma!, ¡Imma!
Cuantas veces tu lo levantaste
cuando sus rodillas besaron el suelo,
cuantas veces tus manos fueron fuente
sanadoras en la enfermedad…
Mas cuando surgió Jesús te quedaste
en segundo plano y en silencio…
Mas el Padre tomándote entre sus manos
te puso como el corazón de la iglesia
y respuesta del verbo…
Cuanta gente sufre sin encontrar respuesta
preguntándose ¿Dónde está Dios? ¿Dónde
estaba Dios cuando esto aconteció? …
y tu respondes con tu silencio: en el mismo
lugar donde estaba cuando mis ojos
contemplaban al crucificado.
Madre y cruz en la plenitud del Amor…
pues ¿Habrá amor más bello que aquel
que no precisa de palabras?...
María tu eres madre del amor
que se sublimiza en el silencio,
porque la fe sin amor es como
una partitura sin melodía…
por lo que tu nombre María
es la más bella y sublime melodía
que haya escuchado el creador.
¡Oh Dios! Como ignorar a la Madre,
como pretender acallar la voz de
Jesús llamándola ¡Imma, Imma!
en sus momentos quizás de dolor
o temor cuando niño…
Al pensar en Jesús pienso en la Madre,
pues si reflexiono en sus milagros
la evoca el silencio…
Si medito en la espada de dolor esa
espada me señala la cruz…
Y si me emociono evocando el establo
en Belén estoy evocando a la Madre.
¡Imma! ante tu mirada me quedo sin
palabras más algo me dice que tu
comprendes mi silencio…
Oxwell L'Bu copyright 1986
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