***Con un Rosario y un Escapulario***
Así como a travez del profeta Elias,
en El Monte Carmelo Dios se manifestó,
dejando al descubierto la falsedad
y el engaño.
De esa misma manera puso allí,
a la Virgen que en su Inmaculada
concepción, nunca cayó en la tentación
y no conoció la decepción que causa
el pecado.
Para que todo aquel que viera
esa luz, se aferrará a la cruz
de su hijo Redentor y se cobijará
en su amor.
Por eso con un Rosario y un escapulario,
el peregrino camina a diario,
hacia ese encuentro, donde lo conoceremos
cara a cara...Dónde hay justicia pero también
infinita misericordia.
Pues con El Rosario evocamos el caminar
de la primera Cristiana, de la flor Inmaculada
y con el escapulario recordamos a diario,
que ella es madre amorosa y ruega a cada
momento por nuestra salvación.
Oxwell L’bu copyrights 2019
Así como a travez del profeta Elias,
en El Monte Carmelo Dios se manifestó,
dejando al descubierto la falsedad
y el engaño.
De esa misma manera puso allí,
a la Virgen que en su Inmaculada
concepción, nunca cayó en la tentación
y no conoció la decepción que causa
el pecado.
Para que todo aquel que viera
esa luz, se aferrará a la cruz
de su hijo Redentor y se cobijará
en su amor.
Por eso con un Rosario y un escapulario,
el peregrino camina a diario,
hacia ese encuentro, donde lo conoceremos
cara a cara...Dónde hay justicia pero también
infinita misericordia.
Pues con El Rosario evocamos el caminar
de la primera Cristiana, de la flor Inmaculada
y con el escapulario recordamos a diario,
que ella es madre amorosa y ruega a cada
momento por nuestra salvación.
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