(A la Doncella del Rosario)
Un ángel de luz iluminó,
tu carita de azucena,
¡Oh Virgen morena!
Y el cielo resplandecio,
con la luz de la salvación.
El verbo de Dios en ti se encarnó
y desde ese instante todo
tu vida se consagró,
al amor de los amores,
coronó tu cabeza y sño
tu cintura con un ramillete
de flores. ..
Flores cuyo aroma es la
fragancia de la esperanza,
de aquel que reza con fe
y medita cada misterio,
el cual solo es desvelado,
a quien consagra su vida,
a meditar el santo rosario.
Oxwell L'Bu copyright 2014
Foto: Astrid Bianchi De Labbe
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