viernes, 27 de marzo de 2020

“Diálogos con la Virgen II

“Diálogos con la Virgen II”
Su mirada serena, que derrama infinita ternura, su perfume de rosas y esa brisa suave, que delata su presencia y el alma la percibe y el corazón la recibe.

Sus silencios eternos y esa forma de mirar, que provocan suspirar y que lo dicen todo, sin hablar y uno aprende a contemplar y ha escuchar, los murmullos sublimes del silencio.

En esa atmósfera de amor Maternal, un manantial de gozo se derrama, el alma se siente acogida, es un momento que se quisiera eternizar.  El alma arrebatada, se siente fascinada, sin poder dejar de contemplar, no con los ojos, sino con todo el ser, porque su presencia la hace estremecer.

Ella, parece saber, lo que se quiere preguntar y sin embargo, te insta a expresar y le preguntas: Que es lo que más te impacta de tu amado hijo Jesús. Ella dijo esa mirada de paz inalterable, que tiene la profundidad del universo y el brillo de las estrellas, es que tiene la mirada de Dios.

Luego sus manos, sus bellas manos, manos de niño que me prodigaron tanto amor y cariño; sus manos de obrero, manos que sanaron, manos que hicieron milagros y prodigaron tanto amor y perdón,  aún estando clavadas en la cruz, porque Justo allí, derramó todo su amor y su bendita misericordia.

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