martes, 31 de diciembre de 2019

***Theotokos***

***Theotokos***
Desde el amanecer
de su existencia,
aún sin ella tener
plena conciencia,
Dios ya había trazado
el camino, que marcaría
su destino...

Porque su vientre,
sus brazos, sus pechos,
en fin todo su ser,
serían los portadores
del Verbo encarnado.

Ella salió de su hogar,
rumbo a a Belén,
llevándolo en su vientre,
para luego salir huyendo,’
con el niño entre sus brazos
hacia Egipto.

Sobre un burriquito,
que no es solo símbolo
de humildad,
sino también sobre quién,
se sentaba a un rey,
cuando entraba en Jerusalén.

Por eso el Rey de reyes,
desde antes de nacer,
hasta su entrada triunfal
en Jerusalén, lo hizo
sobre este noble animal.

Y siempre ella estaba allí,
no solo como la Theotokos,
sino también como la fiel
seguidora del Mesías,
que todos esperaban,
pero no reconocían.

Y María, sigue siendo ese
portadora de esperanza,
la llena de gracias,
la que llena de la presencia
de Dios, cuando visita
nuestra vida.
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