La semilla cayó en terreno baldío, no fue el viento quien la puso allí, fue la mano de Dios, porque El sabe donde sembrar...
Le dio sol, le dio lluvia y la abonó, con paciencia poco a poco creció y llegó el día en que una pequeña rama se vió, parecía perderse entre la vegetación, que junto a la semilla creció; también creció hierva en su rededor, hierva que no da flor, ni fruto solo sofoca lo que puede llegar a ser flor, lo que puede llegar a dar fruto.
Mi amor por la Inmaculada, es un amor que brotó en el corazón de aquel niño, que con cariño, cortaba alguna flor del jardín y la ponía en su altar, porque en su ingenuidad, su amor quería conquistar... Es un amor con raíces profundas, un amor que se sobre pone a la burla, a los contradicciones y a las tendencias del mundo.
Mi amor por la Inmaculada, es un amor a la Imma(mamita), un amor que admira y respeta, que venera y reza junto a Ella; porque Ella es la estrella que guía mi barca. Si, no han faltado las tormentas y a veces los deleites que me han desviado, pero aún sin yo pretenderlo sigue a mi lado, porque una Madre se llena de silencios y guarda las cosas en el corazón, no para buscar la ocasión y hacer reproches, sino para recordarnos con ternura la lección.
Es que este Amor es una vocación, que tiene ese sentido de misión...Es sentir una profunda admiración a quien siendo una niña, no dudo su respuesta y la sostuvo hasta las últimas consecuencias. Quién pudiera tener una fe así, quien pudiera llegar al final de sus días y decirle Señor he hecho tu voluntad...”Hágase en mi según tu palabra”
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#MiamoralaInmaculada
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