al jardín de mis otoños y lo hiciste
florecer....
El árbol seco volvió a reverdecer,
lo llenaste todo de vida y me diste
la bienvenida, justo cuando sentía
que ya iba de salida.
Trajiste el sol al amanecer y convocaste
a los pájaros cantores y a un enjambre de flores;
por las noches pusiste la luna llena en el
firmamento, me llenaste de inspiración.
Escribí versos que se hicieron canción
y una sinfónica de grillos acompañaba
mi canto por las noches.
Has traído tanto y yo con tan poco que ofrecer,
pero por poco que sea, te lo ofrezco de corazón.
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