viernes, 29 de mayo de 2020

“Rezar junto a María”

“Rezar junto a María”
Rezar junto a María,
es desterrar la apatía,
vestirse de sayal
y rasgar el velo del orgullo.

Es que rezar El Rosario,
es vivir  y profundizar
junto a María,
el misterio del verbo
encarnado.

Es experimentar la alegría
que ella en el corazón sentía,
al evocar ese gozo de la Encarnación,
la manifestación en la visitación,
la Epifania del nacimiento, la sorpresa
de la presentación, la angustia de perderlo
y el gozo de encontrarlo.

El Rosario es una experiencia de fe,
es recorrer como peregrino el camino
del dolor, donde se forja el amor;
es sentir la agonía en el Getsemani,
la humillación de la flagelación,
la burla de la coronación,
el peso del pecado en la cruz,
para culminar con la crucifixión.

Rezar junto a María es la experiencia
de la esperanza, para ser contempladores
de los misterios luminoso;
es ser testigo del bautismo del Señor,
de la diligencia de la Madre al interceder,
por los novios, es escuchar la proclamación
del evangelio, ver su Señorío en la transfiguración
y ser participe de ese acto de amor en la Eucaristía.

Rezar El Rosario, va más allá de repetir
con prisas cada Ave María,
es compartir con ella la gloría y victoria
de la Resurrección, es ver su Ascención,
es recibir al Espíritu Santo y contemplar
la Asunción de María, para luego
verla coronada como Reina del cielo.

Es por eso que cada vez que rezamos
El Rosario, lo hacemos junto a María
y al hacerlo vivimos esa Epifania,
del encuentro con el Amor.
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#SantoRosario

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