“La consagración de una nación”
Oh María sin pecado concebida,
flor Inmaculada que desde siempre
fuiste consagrada al Señor;
propicia en nosotros ese amor.
Porque ahora que nuestra fe
está siendo probada,
solo la misericordia de Dios,
nos puede salvar de sucumbir,
a la desesperanza.
Acompáñanos oh Madre,
tú que fuiste la primera
en consagrarte al Redentor,
desde su concepción
y más allá de su pasión
y muerte.
Pues trascendió como
su resurrección
y toco para siempre
tu corazón...
Hoy nos encomendamos a ti,
para que tú presentes a tu
hijo esta ofrenda de amor.
Es la consagración de una nación,
a tu Inmaculado corazón,
que por el pecado nunca
fue manchado,
por eso a ti oh Madre
el nuestro hemos consagrado.
Amén 🙏
Oh María sin pecado concebida,
flor Inmaculada que desde siempre
fuiste consagrada al Señor;
propicia en nosotros ese amor.
Porque ahora que nuestra fe
está siendo probada,
solo la misericordia de Dios,
nos puede salvar de sucumbir,
a la desesperanza.
Acompáñanos oh Madre,
tú que fuiste la primera
en consagrarte al Redentor,
desde su concepción
y más allá de su pasión
y muerte.
Pues trascendió como
su resurrección
y toco para siempre
tu corazón...
Hoy nos encomendamos a ti,
para que tú presentes a tu
hijo esta ofrenda de amor.
Es la consagración de una nación,
a tu Inmaculado corazón,
que por el pecado nunca
fue manchado,
por eso a ti oh Madre
el nuestro hemos consagrado.
Amén 🙏
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