***Justo a la hora del Angeluz***
Cuando el sol se levanta,
en mis labios se posa como paloma,
esa oración, que con un pedacito
de mi corazón, vuelve a ti.
Y me quedo recitando Aves Marias,
casi el completo día, porque eres
mi alegría y con querer o sin
querer, siempre estoy pensando en ti.
Llega el medio día,
justo a la hora del Angeluz,
me hago el signo de la Cruz
y esa majestuosa luz
de su presencia se posa
en mi corazón, que te busca
con insistencia.
Ya que esa oración es la salutación
con que el Ángel te hablo
y en ese momento el Espíritu Santo
en ti se posó y tus labios dijeron:
He aquí la esclava del Señor.
Justo a la hora del Angeluz,
cuando el sol empieza a bostezar
y la luna embelesada se pone a tus pies,
un manto de estrellas abriga mi fe.
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