miércoles, 20 de noviembre de 2019

***En la dulce espera***
Cómo se espera en el invierno,
la primavera, como espera el sol
a la luna llena...
Llena de dulzura y sublime ternura,
así fue aquella espera.

Viendo su vientre crecer,
sintiendo el alma estremecer,
al sentir al hijo de Dios,
creciendo y moviéndose
en sus entrañas.

Con dudas si,
con sobresaltos si...
Pero con una fe infinita,
que te daba la certeza,
de que sin importar,
lo que ocurriera,
El cumpliría su promesa.

“Hágase en mi, según
tu palabra”  Hágase con
alegría y con gozo,
porque es el hijo de Dios,
el que crece en el vientre
de María.

Oh Bella doncella,
quien pudiera contemplar,
tu carita de azucena
y el brillo de tus bellos ojos,
que tiene la ilusión de la
madre primeriza que espera.

Quién pudiera acompañarte,
en esa dulce espera
quien pudiera poner su mano
en tu vientre y sentir,
esos latidos divinos.

Que sean mis oraciones
y mis cantos de alabanza,
caricias en tu vientre;
que mi fe sea abrigo,
porque quiero ser testigo,
del verbo encarnado,
a quien mi corazón le he
entregado.
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