“Los caballeros de la Inmaculada”
Atravesaron la noche obscura,
comieron del pan sin levadura
y bebieron del cáliz de la redención,
hombres marcados con una misión.
Fueron jinetes sin caballo,
caballeros sin escudero
y su armadura no fue de hierro,
sino de fe…
Duns Scotus en su contemplación
y oración, recibió no solo la revelación,
también el argumentó y la lógica
razón de quien escudriña con santa intención.
El hermano Pedro de San José de Betancourt,
quien en la sencillez de su misión,
encontró sublime inspiración,
la cual sello con un juramento,
del cual dio testimonio en todo
momento.
Maximiliano Kolbe,
quien consagró su vida a la Inmaculada
y coronó su misión, en los campos
de concentración, dando testimonio
del amor extremo.
Los tres caballeros franciscanos,
en tiempos y lugares diferentes,
pero con una misma fe
y una ardiente devoción,
que fue su antorcha en encendida
y su consolación.
Caballeros de la Inmaculada,
una vida consagrada,
a la bien aventurada y venerada
Virgen Maria.
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#Inmaculada
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