“Una Madre así”
Sus padres iban cada año a Jerusalén por las fiestas de Pascua.
Cuando Jesús cumplió doce años subieron a las fiestas según
la costumbre, y cuando éstas terminaron, se volvieron; pero el
niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que lo supieran sus padres.
Estos, creyendo que iba en la caravana, al terminar la primera
jornada se pusieron a buscarlo entre los parientes y conocidos;
y, como no lo encontraban, volvieron a Jerusalén en su busca.
A los tres días lo encontraron, por fin, en el templo, sentado en
medio de los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas:
todos los que lo oían quedaban desconcertados de su talento y
de las respuestas que daba. Al verlo se quedarón extrañados. Lucas 2,41-47
Su voz es una caricia
y su trato amable,
hacen de ella una Madre
inefable…
Que cuando visita el alma,
dispersa las dudas,
allana los temores
y te llena de un gozo,
indescriptible.
Pues así como “El buen pastor”
sale a buscar a la oveja perdida,
así la madre regresa y con insistencia
e infinita paciencia, busca al hijo
perdido, que algunas veces soy yo.
Y así como el Padre, hace una fiesta,
cuando arrepentido regresa,
el hijo pródigo; de la misma manera,
la Madre celebra, al encontrar lo que
estaba perdido, sin hacer reproches,
sino mas bien abriendo su corazón.
Una Madre así, es la que el Creador,
quiso para el Redentor,
una Madre así le dió a su hijo
y el hijo a nosotros,
porque quien con una Madre así,
puede perderse por mucho tiempo,
si siempre ella regresa a buscarlo.
Si, una Madre así,
que te remiende el alma,
cuando la vida te la rompe
en mil pedazos…
Así como el buen samaritano.
Una Madre así, que te acoge,
cuando otros te han rechazado,
que te ama cuando otros
te han despreciado;
una Madre a quien no le importa
tu pasado, porque siempre
esta a tu lado.
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